
La congestión en el puerto de Róterdam, el mayor de la Unión Europea, está generando serios impactos logísticos y legales para los exportadores de Latinoamérica. Desde el 9 de febrero de 2025, tras una huelga en la terminal Hutchinson Port Delta II por disputas en el Acuerdo Colectivo de Trabajo, las operaciones sufrieron interrupciones importantes. Aunque se reanudaron al día siguiente, las consecuencias se siguen sintiendo en la cadena logística global.
El 11 de febrero, la terminal debió cerrar dos veces debido a la aglomeración de contenedores. Maersk, una de las principales navieras que operan en la terminal, confirmó que la capacidad de movimientos por hora se redujo de forma indefinida. A pesar de que el 12 de marzo se retomó la operación a plena capacidad, los tiempos de espera permanecen elevados: los buques están demorando en promedio siete días para ser atendidos, nivel que iguala el máximo histórico registrado anteriormente.
La prolongación de las demoras ha llevado a exportadores de países como Chile, Perú y Colombia a activar seguros marítimos y considerar acciones legales para mitigar las pérdidas. «Para quienes no tienen seguro de carga o cuyas coberturas no sean suficientes, es importante manejar los reclamos de forma estratégica», señaló Miguel Segovia, abogado y jefe del área de Transportes y Seguros de Araya & Cía.
La huelga surgió ante desacuerdos sobre compensaciones por despido, garantías financieras y automatización de procesos. Aunque en marzo se logró un acuerdo tentativo, su ratificación aún depende de una votación sindical pendiente, por lo que la incertidumbre en las operaciones persiste.
A este panorama se suma el aumento del volumen de carga que ha exacerbado los efectos de la huelga. En 2024, el puerto de Róterdam movilizó 133,4 millones de toneladas, un 2,5 % más que el año anterior, y 13,8 millones de TEU, con un crecimiento del 2,8 %. Este incremento dejó al puerto más vulnerable a interrupciones como las que se produjeron en febrero.
Frente a esta situación, expertos recomiendan a los exportadores informar a las aseguradoras, notificar a los transportistas y coordinar inspecciones de carga en destino para documentar adecuadamente posibles daños. Estas acciones son clave para facilitar reclamos y proteger los intereses comerciales en un contexto de alta volatilidad logística.
Fuente: Fresh Plaza