Los invernaderos, pueden ser el futuro de la pequeña agricultura peruana

En el conversatorio “La nueva ley agraria de Perú (Ley N° 32434) Agricultura Familiar – Desafíos con la Minería”, la plataforma virtual AGROMIN puso al debate los beneficios que trae la Nueva Ley Agraria y los desafíos que enfrenta para unir a la pequeña agricultura, con la agroexportación y la minería.

El evento reunió a expertos en gestión pública y privada para analizar cómo la reciente Ley Agraria 32434 podría facilitar la integración de la pequeña agricultura familiar con los sectores agroexportador y minero, con el objetivo de impulsar la modernidad y reducir la pobreza en las zonas rurales.

El panel de expertos estuvo compuesto por el anfitrión y ex ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho; el ex ministro de la Producción, Alfonso Velásquez ; el presidente del Gremio de Productores Agrarios (AGAP), Gabriel Amaro; el presidente de Agrícola Chavín, Mario Salazar; el ex Director de Gestión Social del Ministerio de Energía y Minas, Fernando Castillo; y la abogada tributarista de B&B Abogados, Mery Bahamonde.

La Ley 32434: Incentivos para el Pequeño Productor

Los participantes destacaron que la Ley 32434 fue concebida para integrar a todo el sector agrario, corrigiendo los errores de la norma impuesta en 2020 y centrándose especialmente en la pequeña agricultura. Gabriel Amaro enfatizó que el espíritu de la norma es ayudar al Estado a que el pequeño agricultor salga de la pobreza y acceda a la agricultura moderna.

La Dra. Mery Bahamonde detalló los beneficios tributarios clave, señalando que el Padrón de Productores Agrarios (PPA) es la «piedra angular» para acceder a los incentivos. Entre ellos, se resaltó:

  • Inafectación Total de Impuesto a la Renta (IR): Productores con ingresos que no superen las 30 UITs gozan de cero gravamen en el IR.
  • Retorno del IGV: Se permite al pequeño productor solicitar la devolución del Impuesto General a las Ventas (IGB) pagado en sus compras e insumos, generando flujo de dinero y haciendo más eficiente la cadena productiva.
  • Acceso al Drawback: Se prevé que los pequeños productores que forman parte de la cadena exportadora puedan acceder al beneficio de la restitución de derechos arancelarios.

El Modelo de Integración  y los Invernaderos

El empresario Mario Salazar introdujo la idea de un  posible “triunvirato» productivo en la sierra: Minero, Pequeño Agricultor y Agroexportador.

Salazar argumentó que, si bien los incentivos tributarios de la nueva ley son excelentes, lo que se debe resolver es cómo incrementar la productividad en la agricultura de la sierra  y consideró que la única forma de modernizar la pequeña agricultura es mediante la instalación de invernaderos (macrotúneles).

Dada la alta inversión que requieren estos invernaderos (que pueden costar alrededor de $100,000 o más por unidad), Salazar propuso que la minería se incorpore perfectamente a este modelo a través de sus programas de responsabilidad social. El rol de la minería sería construir la infraestructura necesaria, e incluso utilizar el agua tratada de sus operaciones para estos cultivos, lo que generaría una «economía circular» y mejoraría su imagen.

El Incentivo Clave: Asegurar el Mercado

El ex ministro Alfonso Velásquez explicó que históricamente, las mineras no escalaron proyectos agrícolas de sostenibilidad porque no tenían el mercado asegurado. Este obstáculo,  dijo, puede ser superado ahora gracias al Artículo 14 de la Ley 32434, que crea un poderoso incentivo para el sector agroexportador:

  • Las empresas que compren productos a pequeños productores agrarios registrados en el Patrón de Productores Agrarios (PPA) podrán obtener una deducción o crédito adicional de hasta el 25% del valor de dichos productos.

Este incentivo tributario motiva a las grandes agroexportadoras a buscar al pequeño agricultor y, crucialmente, les permite acercarse a las mineras para decirles: «Inviertan con seguridad… porque vamos a comprar toda esa producción», asegurando así el retorno de la inversión minera en infraestructura.

Fernando Castillo, por su parte, reconoció esta «enorme oportunidad» que se presenta, especialmente porque el 55% de la superficie agrícola del Perú se encuentra en la zona Altoandina, estrechamente vinculada a la minería. No obstante, Castillo planteó el desafío de «modelar» este esquema de negocio, asegurando que sea escalable, replicable y que no genere conflictos futuros en la operación y mantenimiento, moviendo la inversión de la minería hacia el concepto de valor compartido.

Finalmente, Gabriel Amaro y Mario Salazar señalaron que, aunque la ley proporciona el marco legal, es fundamental trabajar en paralelo en la modernización de las instituciones agrarias y priorizar productos de alta rentabilidad como los berries , entre ellos las frambuesas,  para el cultivo bajo invernadero en la sierra.

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