Guerra por el agua: Comuneros destruyen tuberías de sus vecinos en medio de batalla campal

Ad portas de contar con el agua, comunidades productivas de Chinchero, Apurímac, que alistaban la campaña agrícola, incluso estaban colocando sobre las bases de concreto las tuberías para alcanzar el ansiado riego para sus tierras, nunca imaginaron que pobladores opuestos al proyecto las destruirían en medio de  una batalla campal.

Caos, fuego, lluvia de piedras, sangre y heridos en medio de los Andes. Al final el proyecto fue paralizado, según dicen las autoridades, “momentáneamente”.  

La causa: el  dominio de un manante de agua. Una “guerra” por el agua entre unos 200 comuneros de los centros poblados de Padre Rumi y San Cristóbal contra la comunidad beneficiaria de Llatanaco del distrito de Ranracancha (Chincheros), informó el periodista local, Neo Vilchez.

Estas son las otras guerras que se cuecen en el interior del país, donde la autoridad es superada por el llamado “pueblo” que una vez más se impune, esta vez destruyendo. 

Mientras toda la atención apuntaba al reciente paro en Andahuaylas, también hacia la variante Delta del coronavirus -que ha obligado a suspender la procesión de la virgen de Cocharcas-  nadie podía imaginar que un pequeño manante en Chinchero iba a desatar una sangrienta batalla entre comuneros vecinos que lejos de ponerse de acuerdo zanjaron sus diferencias en un enfrentamiento a pico y pala, cobrando 9 heridos y la destrucción de la obra avanzada.

El establecimiento de salud de Ranracancha quedó abarrotado de heridos, muchos de ellos mujeres. Además de acusaciones de robo de celulares y herramientas.

Pero lo más grave es la destrucción de 400 tubos PVC de una pulgada, 25 uniones de mangueras y 35 rollos de manguera, quemados por los comuneros vecinos, quienes de esta manera impidieron que se concrete el proyecto.

En Ranracancha, el subprefecto distrital, personal del centro de salud, presidente de la comunidad campesina y presidente de comisión de regantes enfrentan una guerra. Al final suspendieron las obras de instalación de tuberías para la conducción de las aguas del manantial.

 La fiscal de Chincheros. Linda Huari Pillaca, hará una investigación, pero con esta no se solucionará otro conflicto que se suma a muchos otros que dejan preguntas sobre ¿Fueron los estudios los que fallaron o es que las autoridades no fueron lo suficiente fuertes para ejecutar sus obras?

Muchas obras de riego, grandes o chicas, están estancadas por el imperio del pueblo que más bien es de la anarquía y descontento, pagando los estragos los agricultores más productivos del Perú andino.

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