La moringa es «oro verde», tiene gran potencial y crece muy bien en Piura

Por Norma Rojas

La moringa  es realmente «oro en polvo», “oro verde” , un superfood , un superalimento y Perú debería estarlo cultivando ya por la gran demanda que tienen todos sus productos. Sirve como alimento pues tiene unas propiedades fabulosas por su alto contenido de hierro, vitaminas, calcio, potasio. El aceite que se obtiene es mejor que el aceite de oliva.

Con sus residuos se prepara un buen fertilizante orgánico,  de las semillas se obtiene un buen alimento para animales, incluso de sus tallos se puede hacer madera prensada.

Es un árbol que crece en 8 a 10 meses, poco exigente en agua, perfectamente adecuado para climas tropicales como los de Piura. En Europa es un producto muy requerido y pagan entre 10 y 15 euros por kilo de hojas deshidratadas.

Al respecto entrevistamos al biólogo y empresario Werner Guevara Ortiz, gerente general de INECAP y el Fundo Progreso que viene probando con éxito este cultivo en Piura.

En su fundo,  Werner Guevara empezó con la moringa en el 2017 después del Fenómeno del Niño. Entonces perdieron todo. Estaban en plena campaña de cebolla, y a pesar de que hicieron todas las pruebas sabiendo que se venía el fenómeno, nunca imaginaron que fuera tan devastador. El Niño arrasó con todo.

Trabajaron para volver a levantarse y lo lograron después de 6 meses y fue entonces que uno de sus trabajadores le sugiere plantar moringa con semillas que trajo de Sullana.

Para entonces la única experiencia que tenía el biólogo con la moringa era el haber visto un video en youtube donde se enseñaba a los pobladores de Lambayeque a potabilizar el agua con las semillas.

Sembró de manera experimental las semillas de moringa en 4 hectáreas y les fue bien. Ahora tiene 82 hectáreas y se proyecta a comercializar en el mercado de frescos así como también industrializar sus diversos derivados.

Un superalimento

Las hojas de la moringa son conocidas a nivel mundial como un “superfood” tiene más hierro que cualquier otra verdura de hojas verdes, contiene más potasio que los plátanos, más calcio y vitaminas. En el norte algunos lo usan en reemplazo del culantro para hacer arroz con pollo. La vaina de la moringa, o sea el fruto, se come fresca también, para ello hay que recogerla en el momento adecuado para que no se seque. Las hojas dejan un agradable sabor en boca como a manzana. Son ideales para combatir la anemia y la desnutrición. 

Respecto a esto, Werner Guevara comenta que es necesario hacer verdaderas campañas de cambio de hábitos alimenticios entre los peruanos. “El peruano come mucho arroz y papa y muy pocas verduras por lo cual alimentos tan nutritivos como la moringa no son tomados en cuenta”.

Para tener una idea de la importancia que le dan a este alimento en otros países, en España un kilo de hojas deshidratadas de moringa se vende a 15 euros.  

“Los países europeos, especialmente con la pandemia, cuidan mucho su alimentación. No están pensando en comer más sino en comer mejor. En nuestro país hay una tendencia aún incipiente que debería incrementarse. Tenemos alimentos como la quinua que no son bien aprovechados, falta conciencia”, comentó.

Muchos derivados 

Pero no solo las hojas y las vainas se utilizan. Las semillas sirven para extraer el aceite de moringa, y de los residuos se obtiene una torta que sirve de alimento para ganado. Asimismo, de la biomasa se obtiene fertilizante que aporta muchos nutrientes al suelo.

Por si fuera poco, las ramas procesadas permiten hacer un tipo de madera prensada y de  las raíces que tienen gran cantidad de almidón, se puede hacer bolsas biodegradables. 

El aceite de moringa es mejor que el aceite de oliva, incluso a diferencia de éste , se puede utilizar para cocinar, ya que resiste altas temperaturas y es muy nutritivo.

Para pensar en comercializar las hojas de moringa frescas, nos comenta Guevara, se necesita contar con la logística necesaria, es decir tener una planta de frío. En su caso han visto que es necesario cosechar de noche a fin de que llegue fresca al mercado. 

Para el caso de deshidratar las hojas tendría que hacerse a una temperatura baja, de 40 ó 50 grados para que se mantengan las propiedades sin quemar la hoja

Rentabilidad con volumen

En cuanto a la rentabilidad de la moringa, Guevara manifestó que como empresa, INECAP siempre ha tenido en cuenta el tema del volumen. Con volumen puedes soportar precios bajos, a todos los niveles, acotó. 

“Si bien es cierto no estamos vendiendo mucho aceite, nos estamos stockeando con mucho aceite. Estamos produciendo para hacer la torta de la semilla , que es el ingrediente después del prensado, sacamos el aceite, nos queda esa torta , la metemos nuevamente al campo, como fertilizante, y así cerramos el circuito,  seguir estockeandonos y poco a poco buscar  vender al extranjero”, manifestó.

Moringa como fertilizante

Hay que considerar que los residuos de la moringa constituyen una masa orgánica que,  a diferencia del fertilizante químico, va a demorar en descomponerse y liberar los nutrientes, manifiesta Werner Guevara.  “En nuestros cultivos de tara nos ha funcionado muy bien, las plantas hasta hoy con poco fertilizante se han mantenido verdes”, explicó. 

Quizá no se ve un efecto inmediato pero a la larga es más sostenible, a la arena le da un mejor comportamiento, hemos probado en frutales como lima, limones , mango, guanábana, maracuyá, etc.

Crece rápido 

Los árboles de moringa crecen rápido.En el norte del Perú tardan de 6 a 8 meses en tener una buena medida. En invierno la planta se aguanta un poco debido al frío del desierto, pero también depende su crecimiento de cuántas podas de formación se le va dando. Después de sembrar la semilla se hace la primera poda para que empiecen a brotar las ramas y después dos a tres podas más. 

Con un buen manejo, la moringa vive entre 20 a 25 años, incluso podría ser más, eso aún está en investigación, comenta el biólogo Werner Guevara. “Queremos plantas más sostenibles a largo plazo, pero como crece tan rápido se puede regenerar un lote con plantas nuevas”, señala. 

Valor agregado

Un punto que no siempre se toma en consideración es que debemos pensar en alimentos buenos para el organismo es decir que alimenten mejor pero además que duren, que se puedan conservar. La pandemia nos ha enseñado muchas cosas, entre ellas que cuando faltan alimentos frescos, los enlatados resultan siendo muy  importantes para el tema de emergencias. Asimismo los alimentos secos o los aceites que se pueden conservar por mucho tiempo cobran, en tiempos de crisis, mucha importancia frente a los perecibles. Las hojas deshidratadas y las harinas pueden guardarse hasta por un año y a veces más.

Jojoba

Werner Guevara también está experimentando con la jojoba, la cual ha sembrado desde semilla en su fundo. Nos comenta que la dificultad que ha encontrado es que son plantas macho y hembra, muy difícil de encontrar plantas hermafroditas. Según la literatura, estas plantas deberían empezar a florecer recién a los cuatro años. Por ello en su laboratorio decidieron  analizar  el ADN a través de las hojas por medio de PCR para determinar si cada planta es macho o hembra.

En el norte todo a mitad de tiempo

Lo bueno de cultivar en el norte es que todo crece y produce en la mitad de tiempo. Así, la jojoba en su fundo empezó a florecer en dos años, el dátil que debían esperar a siete años, empezó a los 4 años. En la jojoba ya tienen una hectárea plantada luego de haber pasado las plantas, distinguidas entre machos y hembras, por un proceso de adaptación y enraizamiento.

Guevara nos comentó que en el Perú hay actualmente unas 500 hectáreas de jojoba, principalmente en Ica. En su fundo esperan llegar a las 1,000 hectáreas.

En cuanto a la moringa sabe de algún proyecto que quiere llegar a las 1,000 hectáreas así como hay otros que tienen 10, 15 hectáreas para diversos fines . Manifestó que muchos desarrollan proyectos para aprovechar la hoja como es el caso de unos empresarios de Brasil que le solicitaron  semilla para forraje ya que beneficia especialmente a vacas y cerdos que incrementan en un 20% el crecimiento de sus crías  e incrementa hasta en un  30% la producción de leche. Lo mismo sucede en las personas, en las que incrementa la producción de leche entre las madres que dan de lactar.

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